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Mostrando las entradas de octubre, 2015

los que suben por el medio

Me gusta pensar que hay pequeñas cosas que pasan de tal forma y en determinado momento para que solo nosotros podamos verlas. Cosas como una hoja haciendo equilibrio en una moldura de un edificio, un nene saludando a toda la gente de un tren, o un perro tratando de alcanzar una paloma en el Congreso. Cosas que nos hacen pensar en otras cosas más, o nos sacan una sonrisa, por más que quedemos como unos pelotudos sonriéndole a la nada. Viajar en colectivo durante más de cuarenta minutos significa que podés leer unas cuantas páginas del libro que venís leyendo, o escuchar de diez a quince canciones. Cuando tenés el libro, no te queda más para hacer que concentrarte en eso. Pero si solo te acompañan tus auriculares, hay más caminos: vas cantando sin que te importen las miradas de los demás, vas escuchando la música colgado en cualquier delirio que se te cruce, o vas boludeando con el celular. Yo estaba pensando en todo esto, lamentándome por no haber traído mi libro, cuando sien