Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de marzo, 2014

hoy este fuerte viento que sopla es para mí

Hace días que se la pasaba mirando por la ventana. No sé qué era lo que le llamaba tanto la atención, lo único que había ahí afuera era el mismo paisaje de siempre, esa casa amarilla con rejas negras, la otra blanca con rejas también negras, y la concesionaria de usados del Negro Gerjo. No había un auto nuevo, ni se había ido ninguno de los que estaban. Ella ponía la sillita azul ahí, y se apoyaba en el alféizar a mirar. Al principio me pareció otra de sus locuritas y rayes del momento. Pero después de tres días seguía pegada al vidrio. Aunque tampoco se lo iba a preguntar. Sabía muy bien que cuando estuviera lista, ella solita iba a venir con sus dudas y teorías hermosas.  Cuando volví del laburo, me atacó con uno de sus abrazos enormes. Me agarró de la mano y me llevó hasta la ventana.  -¿Qué ves? -me preguntó, señalando con su dedo regordete.  -La casa de doña Estela, el árbol de la vereda de doña Estela, la casa de Samuel y Jimena, el local de Gerjo, los autos del loc

el Don

Se seca las gotas que cosquillas le irritan, ahí nadie necesita tener un enemigo, cualquiera sea la tarea ladrada, el Don le pega sin pegar y lo mata sin matar. Con sus ojazos limpia las paredes, y, mientras los de adentro siguen contra la plebe, se retuerce como cola de chelco aguantando lo que nadie supone cierto. En la calle, en la tienda, en la casa y en su cama, nunca intentó toparse con la hazaña. Sin embargo, los destinos se reparten para pocos, y el Don sospecha que él esconde el monstruo. Y sólo piensa en liberarse, aunque no sepa lo que signifique la palabra libertad. Según el Don, el trabajo va entre paños, pero para él descansa entre comillas; como una espada de oro que te corta los dedos, pero por lo menos tocaste un metal precioso. Sale al encuentro de los más desesperados, y le sorprende lo tanto que se parecen, los labios resquebrajados, los ojos aguados; se vuelve con el espinazo machacado. Si con una mano tapa el sol, con las dos estruj