Vas a saber lo que hacés sólo cuando lo termines. No vale la pena que lo abandones faltando tan mucho, tan poco. Y menos si te gusta, ¿no?
Salir a la calle, respirar aire frío, dar una vuelta, ver a la gente a la cara mientras caminás lentamente con las manos en los bolsillos, escuchando esa canción tan bien compuesta que te vuela la cabeza., mientras con tus dedos hacés como si tocás el punteo con la guitarra. Ir a la plaza, sentarte, seguir leyendo aquél libro, cada dos páginas mirar alrededor, disfrutar cómo el rayo de sol te suspira en la cara, seguir leyendo. Tomar un mate con esa que se dice ser el pitufo gruñón, y que por ahí lo es, charlar de las cosas más consin sentido que puedan ser charladas, ver los videos más bizarros de internet, salir a noséquelugar y ser echado por un nadaquever que te dice "¿se pueden ir a fumar a otro lado?", caminar por Microcentro sinsaberporqué para después mirarse y reírse de cualquieralaquepasó (sí, te extraño; hacete cargo).
Comentarios
Publicar un comentario