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monólogo sin cuernos

Revolviendo entre las cosas (sí, vivo revolviendo), encontré varias palabras que hice en un taller, el año pasado. Quizás, las vaya poniendo acá. Quizás, las tire. Quizás, necesite decir menos boludeces.


"La puta madre, loco. No puede ser. Siete años. Siete años hermosos... siete años de mierda. Y yo, de pelotudo, le vengo a proponer casamiento. ¡Cómo se me van a cagar de risa en el club! No, si alguno se llega a reír, o dice una sola cosa, lo mato. Al que sí mataría es al hijo de puta con el que sale; porque, tiene que haber un hijo de puta, ¿no? Y sí, si dijo que había conocido a alguien más, boludo. Siete años de mierda, sí, de mierda. ¿Dónde me meto ahora este anillo? Seguro que es uno del laburo. Ese tarado del jefecito siempre le tuvo un hambre, ¡qué hijos de puta! Y siempre me decía que ni le parecía lindo, la muy forra. Ahora deben estar en su casa, en su cocina, en su living. En su cama... ¡ya basta! Si no me sirve de nada taladrarme la cabeza así. Al final, es como decían los chicos: una más. Pero, ¡cómo la amo!"

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